El pasado 21 de septiembre Irenaldo Sosa Báez fue expulsado de su vivienda en Meriño, un poblado rural ubicado a unos 7 kilómetros de la cabecera municipal, la ciudad de Manatí, provincia Las Tunas. Oficiales de la Dirección de Contrainteligencia (DCI) del Ministerio del Interior (MININT) localizaron a la propietaria de la casa, donde él y su esposa Yadira Puerto estaban alquilados desde hace más de 7 años, y la amenazaron con tomar represalias con ella, si no los desalojada inmediatamente.
Ya el 10 de septiembre el Instituto Patmos había denunciado represalias en su contra por manifestarse en contra, tanto de la Constitución comunista como de su reforma, y por promover votar ¨No¨: https://institutopatmos.wordpress.com/2018/09/10/cuba-xelno-el-acoso-a-un-adventista-del-septimo-dia-precisamente-en-un-sabado
Ante la situación de verse en el medio de la calle, la familia de Irenaldo Sosa se instaló en plena vía pública debajo de un árbol y frente a la parada para la transportación del pequeño poblado. Allí se sentó a predicar en su condición de Cristiano Evangélico y enseguida los pobladores comenzaron a solidarizarse con los desalojados.
Las distintas muestras de apoyo de los vecinos del poblado de Meriño, consistieron en traerles alimentos y líquidos, y un poco después, empezaron criticar abiertamente la acción ejecutada por la Policía Política. Cuando algunos militantes paramilitares incondicionales al gobierno intentaron coaccionarlos, se generó una fuerte discusión ante la injusticia cometida y la Seguridad del Estado envió para calmar los ánimos al Delegado de la Circunscripción de la Asamblea Municipal del Poder Popular quien prometió ayudar a buscar alguna solución por la cual se espera todavía.