En el Informe sobre el comportamiento de las libertades religiosas en Cuba en 2018 el Instituto Patmos incluyó un acápite sobre el acoso a las minorías religiosas en el que se mencionaba a grupos como los Yorubas Libres de Cuba; la comunidad judía Bnei Anusim; judíos mesiánicos, específicamente a la congregación ¨Hijos de Jacob¨; a la Organización de la Casa Rastafari en Cuba; a los Bautistas Bereanos; a los Testigos de Jehová y a las redes del ¨Mover Apostólico¨. Todo indica que en 2019 los acosos a las minorías religiosas en Cuba, lejos de mejorar, parecen incrementarse. Así lo evidencia la “entrevista” a la que fue citado este 4 de abril Abu Duyanah, quien funge como actual imán de la Asociación Cubana para la Divulgación del Islam, minoría religiosa que constituye muestra de la expansión islámica que también tiene lugar en Cuba.
No es la primera vez que Abu Duyanah recibe una citaciόn de parte de los órganos represivos de la Seguridad del Estado de Cuba. Este proceder forma parte de una larga lista de lo que constituye una continuidad de acosos a la comunidad islámica dentro de la isla, especialmente desde que esta adquiriera matices autóctonos desde 1998. La “entrevista” de hoy fue más de lo mismo en cuanto a tratos intimidatorios e intentos de coacción a quien es en este momento nuevamente el Imán de la Asociación Cubana para la Divulgación del Islam, por constituir el líder de una comunidad, que, pese a toda la persecución, se expande por toda la isla.
Pero quienes han precedido a Abu Duyanah como líderes de la Asociación también han atravesado por iguales o incluso peores tratos.
José Addullatif, radicado en Holguín, y quien fue uno de los imanes que precedió a Duyanah, ha sido tal vez uno de los más reprimidos. En una ocasión llegó a estar una semana entera desaparecido cuando la Seguridad del Estado lo secuestró en uno de sus cuarteles en Santa Clara. Ha sido golpeado físicamente, e incluso, en uno de los ataques más cobardes y más recientes recibidos, la emprendieron en contra de su hija Maryam utilizando a la escuela, que, por no tolerar sus creencias, llegó a reportarla como “autista”, sometiéndola injustamente a varios test, no obstante a los cuales Maryam, con ayuda de su familia, afrontó con mucha paciencia demostrando capacidad, inteligencia y fe inquebrantables (método similar aplicado a fieles de otras denominaciones religiosas que también han sido denunciados por el Instituto Patmos).
En el caso específico de Abu Duyanah, todo el enseñamiento, sumado a su actual liderazgo en la Asociación islámica se debe sin dudas a que participó en 2018 en la Universidad Islámica de Pakistán de un curso de “DD.HH. y minorías”. En los estudios abordó tanto la situación en que los musulmanes son mayoría y están en el deber de proteger a las minorías, como cuando los musulmanes son minorías y son oprimidos por una mayoría, que es el caso que afrontan en Cuba. Luego de su formación en Pakistán Abu Duyanah regresó a la isla, aunque pudo haber pedido asilo allí, que fue una opción que muchos le aconsejaron y que muy probablemente fue la razón por la cual entonces le permitieron viajar fuera de la isla. Al regresar, sus hermanos de fe le volvieron a escoger para estar al frente de su grupo, en parte precisamente por el ejemplo moral que implicaba su retorno; ya él había estado a cargo de la Asociación entre 2013 y 2015, la organización muy democráticamente decidió la sucesión de la presidencia cada dos años.
Adicionalmente, la Embajada de Malasia tenía referencias suyas, y le contrató directamente ya que llenaba los requisitos requeridos para la posición que necesitaban. Pero en esta contratación que libremente realizó la embajada de Malasia quedó obviada la empresa militar cubana Palco, que es la que monopoliza la contratación para trabajar en todo lo relacionado al cuerpo diplomático. A pesar de que la Embajada realizó gestiones para validar la contratación de Abu Duyanah, no gozaba del visto bueno de la Seguridad del Estado, y solo atrajo represión y hostigamiento hacia él y hacia su organización, y también de parte del Minrex hacia la embajada, terminando el proceso en el despido de Abu Duyanah. La Asociación Cubana para la Divulgación del Islam continúa ilegalmente sus actividades en Cuba pues la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC ordena al Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia que no abra sus puertas a organizaciones como estas; mientras favorece en una política de doble rasero las actividades de organizaciones como “La Liga Islámica” y “La Casa del Árabe”, para generar por un lado divisiones de origen religioso – la misma política que utiliza con los protestantes entre los “legales” y los “ilegales”, o entre las denominaciones que pertenecen al Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) o entre las que no pertenecen; y la misma política que utiliza en relación a las religiones afrocubanas, entre la Sociedad Yoruba de Cuba y los Yorubas Libres de Cuba, por ejemplo –. Mientras pone en efecto esta política tan burda el régimen en Cuba viola también las libertades religiosas de la comunidad islámica reprimiendo la propagación real de esta fe mediante el hostigamiento reiterado y total contra una organización genuina como la Asociación Cubana para la Divulgación del Islam, y un líder autóctono como Abu Duyanah de lo cual constituye otro ejemplo de acoso la citación que le fuera realizada este 4 de abril.