La Seguridad del Estado de Cuba coacciona a activistas para obligarlos a emigrar

En 2015, participando Leonardo Rodríguez Alonso, coordinador del Instituto Patmos en el centro de Cuba, de un Seminario en México, el Jefe de Sector de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), se personó en su casa para preguntar por él -como si no supiese que se encontraba de viaje en el extranjero-. Cuando su familia dejó saber al policía que se encontraba de viaje en el exterior, este les dijo que en cuanto regresara debía presentarse urgentemente en el cuartel por encontrarse acusado de sabotaje por la quema de un Cañaveral. La acusación, aunque totalmente falsa, nada tenía que ver con los métodos de lucha no violentos por los que había optado Leonardo para derrocar a la dictadura, era muy peligrosa y de ir en serio podía ser toda una coartada para mantenerle tras las rejas por años. Por supuesto, la familia no lo pensó dos veces para avisar a Leonardo del peligro que le esperaba a su regreso a Cuba. Pese a todo Leonardo decidió regresar tal y como siempre había previsto, e incluso, a pesar de las advertencias a las que se sumaron incluso los organizadores del seminario cuando se enteraron de las amenazas que se anunciaban a Leonardo desde Cuba. En efecto, días después del regreso de Leonardo fueron por él y lo mantuvieron durante unos días en el cuartel provincial de la Seguridad del Estado (SE) durante los cuales Leonardo se mantuvo firme ante las absurdas acusaciones que por tan ridículas, ni sus propios acusadores eran capaces de tragarse los argumentos hasta que fue devuelto a su casa sin cargos; más bien el cambio posterior en la estrategia en su contra  fue “regularlo” y no dejarlo viajar ya que sabían que no se iba a quedar.

Recientemente al periodista Henry Constantín Ferreiro le permitieron viajar luego de dos años de regulado. Mientras viajaba las advertencias de que si regresaba se lanzarían contra él con todo no se hicieron esperar. Era como para pensarlo. Pero a pesar de todo, como en su momento hizo Leonardo,  Henry regresό a Cuba y regalό al mundo una hermosa foto de familia desafiando las amenzas que pretendieron separarlos.

Este 8 de mayo están volviendo a Cuba activistas de la comunidad musulmana de la “Asociacion Cubana para la Divulgación del Islam” quienes participaron exitosamente en la Universidad Islámica de Pakistán de un curso de “DD.HH. y minorías”. En sus provechosos estudios abordaron tanto la situación en que los musulmanes son mayoría y están en el deber de proteger a las minorías, como cuando los musulmanes son minorías y son oprimidos por una mayoría, que es el caso que afrontan en Cuba. Mientras ellos se nutrían de tan poderosos contenidos la SE se dedicό a realizar el mismo trabajo de zapa que realizó en casos como los de Leonardo o Henry. Entre estos activistas que regresan con su frente en alto se encuentra Jose Alberto Martínez Rodríguez (Addullatif), radicado en Holguín, y quien fue uno de los imanes de la “Asociación Cubana para la Divulgación del Islam”, quien ha sido tal vez uno de los activistas islámicos más reprimidos en Cuba, quien en una ocasión llegó a estar una semana completa desaparecido cuando la Seguridad del Estado lo secuestró en uno de sus cuarteles en Santa Clara. El Instituto Patmos está muy pendiente del regreso de estos activistas islámicos a Cuba y lo dará a conocer a los organismos internacionales competentes.     

Mientras esto denunciamos también permanecemos en contacto y muy al tanto de Rolando Ferrer Espinosa,  pertenece a los Yorubas de la comunidad de Santa Clara, Cuba, en la cual posee rango de “babalao”. Se encuentra en la frontera de México-USA intentando ser admitido como refugiado. Él y su familia en el último mes han sido fuertemente reprimidos por la SE. El pasado dia 2 viajó a México para participar de un evento y al pasar frontera en el aeropuerto de La Habana lo interceptό la SE y le aseguraron que de regresar a Cuba, tanto él como su esposa serán encarcelados, y que sus 3 niñas serán llevadas a un hogar de amparo. A diferencia de los casos anteriormente mencionados Rolando considera que las amenazas en su caso si se van a concretar y por tal razón ha tomado la dificil decisión de no regresar.

Tanto en unos como en otros casos el Instituto Patmos denuncia este violatorio proceder del régimen cubano en el que coacciona y amenaza para intentar obligar a emigrar a cubanos en los que, si obtiene resultado, separa familias y somete a todos los peligros asociados a una emigración ilegal y no segura que nosotros bajo ningún concepto aconsejamos.

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