Y oí una voz del cielo que decía: «Escribe lo siguiente: benditos son los que de ahora en adelante mueran en el Señor. El Espíritu dice: “Sí, ellos son en verdad benditos, porque descansarán de su arduo trabajo, ¡pues sus buenas acciones los siguen!”».
(Apocalipsis 14:13, NTV)
El jueves 9 de abril concluyó su arduo trabajo en este mundo el primer Premio Patmos (2014), el laico católico caibarienense, Amador Perfecto Blanco Hernández, quien apenas 9 días después, el 18 de abril, podría haber alcanzado la meta de 71 años si su corazón no se hubiese resistido a continuar latiendo, para llegar a la primera meta de los más robustos a los que se refiere el Salmo 90:10.
En el curso 1982-1983, por adelantarse a la glasnost y a la perestroika soviética, y atreverse a enseñar a sus estudiantes de Historia del Instituto Pedagógico Félix Varela la verdad acerca del estalinismo, el Profesor inicio un vía crucis que no terminó hasta su partida de este mundo. A su expulsión de la academia oficial, con los daños agregados de quedar sin trabajo ni sustento, con dos padres adultos que mantener, que no sobrevivieron de sufrimiento mucho más allá de su prisión política con huelgas de hambre incluidas; y el estigma de ser otro “apestado gusano” al que el sistema cubano nunca perdió de vista y se empeñó en apabullar, molestar, amenazar, aislar, herir, sin conseguir nunca lograrlo en el grado en que se lo proponían, porque nunca le robaron, ni el gozo que proviene del Espíritu, ni la comunión que siempre encontró en sus hermanos de fe, de su comunidad católica en primer lugar y también de las iglesias presbiterianas y bautistas; y por último de su familia del Instituto Patmos.
Para Caibarién deja el legado de la Fundación de Derechos Humanos José Martí de Cuba, y para el ciberespacio las huellas de su blog “Alas de Libertad”: alasdelibertadcuba.wordpress.com, o sus 5.462 trinos inquietos y constantes en su cuenta en Twitter @AmadorDeLibertad, de los cuales en uno de los últimos pedía la liberación de todos los presos políticos:
y otro realizaba un llamado a las iglesias cubanas poniendo los ejemplos de Moisés, Elías y Jesús:
Su último viaje a la capital habanera fue para participar en la ceremonia de entrega del Premio Oswaldo Payá al Secretario General de la OEA Luis Almagro, en apoyo a Rosa María Payá y a la iniciativa ciudadana Cuba Decide.
Emitiό, además, ya con malestares de salud, una carta que fue incluida como la número 11 publicada el 5 de noviembre de 2019 por Civil Right Defenders: “El gobierno cubano no muestra voluntad para cumplir el Acuerdo al excluir a la sociedad civil del dialogo”, como parte de la serie #CartasdeCubaParaUE: https://crd.org/2019/11/05/el-gobierno-cubano-no-muestra-voluntad-para-cumplir-el-acuerdo-al-excluir-a-la-sociedad-civil-del-dialogo/
Patmos Ediciones incluirá en su colección #BerlinWall30 una compilación de escritos de Amador Blanco, que será parte de su legado póstumo.
Aunque ya “descansa de su arduo trabajo” los retos y desafíos que deja a la Unión Europea, pero sobre todo a los propios cubanos, y a las iglesias en la isla, conseguirán el anhelo por el que tanto luchó y sufrió, porque “sus buenas acciones le siguen”.