Golpean salvajemente a migrantes cubanos en Bielorrusia

El Instituto Patmos deplora la crueldad con la que fuerzas de seguridad del dictador bielorruso Lukashenko golpean salvajemente a migrantes cubanos sin importar mujeres embarazadas, niños ni ancianos. Los cubanos quedan tendidos y enredados en las alambradas. Merece el máximo repudio y condena mundial:

Más información :

https://bialystok.wyborcza.pl/bialystok/7,35241,28502140,kryzys-na-granicy-polsko-bialoruskiej-wstrzasajacy-film-z.html

Necesitamos el apoyo de nuestros amigos en Polonia, como país civilizado que es, miembro de la UE y firmante de varias convenciones internacionales…

Declaración de respaldo a la apelación internacional realizada por Euromaidan SOS y la Mesa Redonda sobre Libertad Religiosa en Ucrania ante flagrantes violaciones a las libertades religiosas involucradas en la agresión armada de la Federación Rusa contra Ucrania

(si desea agregar su firma al respaldo de Cristianos Cubanos en Comunión, la Alianza de Iglesias Cubanas no Registradas y al Instituto Patmos enviar su firma: Nombre, Apellido, y organización a la que pertenece o cómo desea presentarse mediante email a enviar a info@institutopatmosonline.org antes de la medianoche del lunes 28 de marzo)

.. y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia diciendo: ¿Quién como la besta, y quién podrá luchar contra ella? – Apocalipsis 13:4

Como cubanos nos oponemos a la actitud cómplice de la dictadura de Cuba, miserable, servil e incondicionalmente alineada al poder político del genocida Vladimir Putin, y al poder religioso del Primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa, patriarca de Moscú, Kirill (Gundyayev). En la Plaza de la Revolución solo saben darse ¨ordenes de combate¨ contra su propio pueblo y ponerse del lado del Kremlin que las da internacionalmente. Mientras quienes desgobiernan Cuba se inclinan ante ellos, Putin y Kirill muestran una escena perfecta de Apocalipsis 13. Putin es culpable de crímenes contra la humanidad, y Kirill por su lado no solo ha bendecido a Putin y a su guerra genocida, sino también a nuestros causantes directos de tanto mal: Fidel, Raúl Castro, y Miguel Mario Díaz Canel Bermúdez, de quienes ha expresado ser ferviente devoto admirador.

Pero además de nuestro repudio particular que nos corresponde como cubanos respaldamos internacionalmente al Euromaidan SOS y a la Mesa Redonda sobre Libertad Religiosa en Ucrania, ante la invasión armada de la Federación de Rusia contra Ucrania que además va acompañada de numerosas violaciones de los derechos y libertades, incluida la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión:

Persecución religiosa rusa en las regiones ocupadas de Donetsk y Luhansk

En 2014, en el Donetsk ocupado, grupos armados ilegales controlados por la Federación Rusa declararon la ortodoxia del Patriarcado de Moscú como la principal religión de la región y comenzaron una persecución deliberada de las minorías religiosas. Para implementar esta disposición en la práctica, confesiones distintas a la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Moscú comenzaron a ser perseguidas en los territorios ucranianos controlados por Rusia de las regiones de Donetsk y Lugansk. Se cerraron docenas de iglesias, casas de oración y lugares de culto. Se volvieron comunes los secuestros, torturas y ejecuciones extrajudiciales de clérigos y creyentes de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (nombre anterior: Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Kiev), de la Iglesia Católica Griega de Ucrania así como de varias iglesias protestantes (bautistas, pentecostales, adventistas, Iglesia Evangélica Cristiana Ucraniana, etc.) y de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días (mormones) y los Testigos de Jehová. Como resultado, en los territorios ocupados por Rusia de las regiones de Donetsk y Luhansk, la mayoría de las comunidades religiosas han dejado de existir, los creyentes se ven obligados a rezar en privado o reunirse clandestinamente, y la libertad de pensamiento, conciencia y religión ha desaparecido.

Persecución religiosa rusa en la Crimea ocupada

La implementación forzada de la legislación rusa ha empeorado significativamente la situación de las comunidades y asociaciones religiosas en la Crimea ocupada. Desde el comienzo de la intervención militar rusa en la península de Crimea en febrero de 2014, las iglesias y comunidades religiosas ucranianas se han convertido en objetivos de hostigamiento deliberado de sus actividades. Durante los años de ocupación, el número de parroquias de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania se redujo de 49 a 5. Las autoridades de ocupación de Crimea continúan persiguiendo a figuras religiosas y creyentes individuales, en particular musulmanes de entre los tártaros de Crimea, la comunidad de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania. cristianos evangélicos y Testigos de Jehová. Uno de los métodos de presión se convirtió en la privación de la propiedad de los edificios religiosos de las iglesias ucranianas mediante incautaciones físicas y decisiones de los tribunales de las autoridades de ocupación. Como resultado del reconocimiento de Rusia de los Testigos de Jehová como una organización extremista, ya hay 5 representantes de este grupo religioso tras las rejas en Crimea, y muchos otros enfrentan muchos años de prisión. Actualmente, la práctica de redadas masivas en mezquitas para verificar los documentos de los musulmanes está muy extendida en Crimea. Crece el número de casos iniciados por pertenecer a organizaciones religiosas reconocidas como terroristas o extremistas en Rusia, lo que muchas veces es solo un trámite con el objetivo de legalizar la persecución de las minorías religiosas.

Crímenes rusos contra figuras religiosas y lugares sagrados durante la guerra contra Ucrania

La persecución religiosa empeoró mucho durante la invasión armada a gran escala de Ucrania por parte de la Federación Rusa, que comenzó el 24 de febrero de 2022 y continúa hasta el día de hoy. Se registraron ataques dirigidos y destrucción de catedrales, casas de oración y otros edificios religiosos, incluidos monumentos arquitectónicos. Al menos 28 estructuras de importancia espiritual (sin incluir los edificios adyacentes) ya han sido dañadas en al menos seis regiones de Ucrania: Kiev, Donetsk, Zhytomyr, Luhansk, Kharkiv y Chernihiv. La gran mayoría de los edificios religiosos destruidos y dañados como resultado de los bombardeos aéreos y los ataques con cohetes de los invasores rusos son catedrales ortodoxas. Entre los edificios religiosos afectados también se encuentra la sinagoga de la comunidad judía unida de Ucrania en Kharkiv, las mezquitas en Kostiantynivka y Mariupol de la región de Donetsk, y el Seminario Teológico Evangélico de Ucrania en Pushcha-Vodytsya, cerca de Kiev. En la noche del 13 de marzo, las fuerzas rusas bombardearon el Svyatohirsk Lavra de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, donde se encontraban en ese momento alrededor de mil personas, más de 30 civiles resultaron heridos. Por tanto, Rusia está destruyendo el patrimonio espiritual de Ucrania, independientemente de la afiliación confesional de los edificios religiosos.

Durante tres semanas de operaciones militares, el ejército ruso mató al menos a cuatro sacerdotes cristianos en el territorio de Ucrania, capturó al menos a dos más (uno de ellos fue liberado más tarde) y hubo un intento de entrar en la vivienda de uno.

Como ejemplo, el 27 de febrero de 2022, el sacerdote de la Diócesis de Odesa de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, el P. Vasilyi Virozub, que estaba a bordo del barco de rescate Sapphire, que se suponía que debía recoger los cuerpos de los soldados ucranianos muertos en la isla Snake (Zmiinyi), fue secuestrado por tropas rusas.

El 28 de febrero en Kiev, el metropolitano Epifanio (Dumenko), primado de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, sobrevivió a un intento de entrada a su vivienda en el territorio del Monasterio de las Cúpulas Doradas de San Miguel. La seguridad ha neutralizado a un grupo de sabotaje ruso que intentaba entrar en el territorio del monasterio. Además, cerca del territorio se encontraron y neutralizaron etiquetas utilizadas por las fuerzas armadas rusas para disparar directamente contra ciudades ucranianas.

El 1 de marzo, como resultado del bombardeo de las tropas rusas de la aldea de Grabivka en el distrito de Kulikovsky de la región de Chernihiv, el rector de la Iglesia de la Santísima Trinidad de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, Hieromonk Feodosiy (Goncharov), murió a causa de una herida de metralla.

El 2 de marzo, el ejército ruso mató a un sacerdote de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, el p. Maksym Kozachyna, quien sirvió en una iglesia cerca de la ciudad de Ivankiv, región de Kiev. En el momento del asesinato, vestía ropa de clérigo.

El 5 de marzo también asesinaron al párroco de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, Fr. Rostyslav Dudarenko. El sacerdote fue asesinado en su aldea natal de Yasnogorodka, en el distrito de Fastiv de la región de Kiev, aunque su cuerpo no fue encontrado hasta el día siguiente.

El 5 de marzo en Bucha, región de Kiev, fue baleado Oleksandr Kislyuk, un profesor de eslavo eclesiástico y griego en la Academia y Seminario Teológico de Kiev.

El 9 de marzo en Mariupol, región de Donetsk, el ejército ruso capturó a dos hermanos: Mikhail Reznikov, pastor de la iglesia local, y su hermano Andrey Fomenko, que estaba criando a diez niños adoptivos.

El 13 de marzo, el capellán militar Abbot Platon (Morgunov) fue asesinado en Volnovakha, región de Donetsk.

El 14 de marzo la morada del párroco de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, Fr. Oleg Nikolaev del Berdyansk, fue ocupada y registrada, y él arrestado y llevado a un destino desconocido. Afortunadamente, el sacerdote finalmente fue entregado a su esposa enferma, quien necesitaba terapia constante.

El 14 de marzo, el cuartel general de las Fuerzas Armadas de Ucrania publicó un informe sobre casos no aislados registrados de uso de infraestructura civil por parte de las tropas rusas, en particular iglesias y otras instalaciones religiosas, para establecer posiciones de tiro, colocar armas y equipo militar, que, además de poner en peligro a la población civil, es también un acto de sacrilegio y abuso del santuario.

Explotación de la Iglesia Ortodoxa Rusa para justificar la guerra

A pesar de lo anterior, el Primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa, patriarca de Moscú, Kirill (Gundyayev), bendijo públicamente al ejército ruso para la guerra contra Ucrania, como dijo después de la liturgia en la fiesta del Triunfo de la Ortodoxia en Moscú. Y en la carta de respuesta al Consejo Mundial de Iglesias fechada el 10 de marzo de 2022, difundió falsas narrativas de propaganda rusa sobre la supuesta guerra de Occidente contra Rusia, guardando silencio sobre los hechos de la terrible destrucción de civiles y ciudades en Ucrania. por los ataques con cohetes y aviones rusos. Así, apoyó la agresión armada de la Federación Rusa y la persecución de otras religiones en el territorio de Ucrania.

En este sentido, organizaciones como Euromaidan SOS, los participantes de la Mesa Redonda de Libertad Religiosa en Ucrania y otras cientos de ONGs de todo el mundo pedimos a:

  1. Organizaciones internacionales y estados miembros de la ONU: dirigirse a la Federación Rusa con una demanda de poner fin a la guerra contra Ucrania y la ofensiva en curso contra la libertad religiosa en el marco de la guerra, así como liberar de inmediato a todos los ciudadanos de Ucrania, que fueron encarcelados en el por profesar sus creencias religiosas en Crimea ocupada y otros territorios ucranianos controlados por tropas rusas.
  2. La Iglesia Ortodoxa de Ucrania y las iglesias ortodoxas de otros países que están en unidad con el Patriarcado de Moscú: romper relaciones con la Iglesia Ortodoxa Rusa debido a su apoyo a la guerra de agresión sin fundamento de la Federación Rusa contra Ucrania.
  3. Concilio Mundial de Iglesias: excluir de su membresía a la Iglesia Ortodoxa Rusa, romper relaciones con ella y condenar el componente cuasirreligioso de la ideología mundial rusa, ya que la religión debe servir a la consolidación de la paz y no debe usarse para justificar una guerra agresiva sin fundamento de la Federación de Rusia contra Ucrania, acompañada de la destrucción de la población civil de Ucrania, el bombardeo de escuelas, jardines de infancia, hospitales, maternidades y otras instalaciones de infraestructura crítica.
  4. Iglesias, organizaciones religiosas e instituciones interreligiosas de todo el mundo: hacer un llamado público a la Federación Rusa para que ponga fin a la guerra contra Ucrania, y condenar la posición de la Iglesia Ortodoxa Rusa con respecto al apoyo a la guerra agresiva sin fundamento de la Federación Rusa contra Ucrania.

Consideraciones a los líderes religiosos que llaman a participar en el referéndum del Código de Familias

(por José Gabriel Barrenechea, originalmente publicado en su blog ¨El Hidalgo rural cubano: https://hidalgoruralcubano.wordpress.com/2022/01/31/consideraciones-a-los-lideres-religiosos-que-llaman-a-participar-en-el-referendum-del-codigo-de-familias/¨ )

Algunos líderes conservadores dentro de la Isla llaman a votar NO en el próximo referéndum, a propósito del nuevo Código de Familia. Les señalo que llaman, por tanto, a participar en un proceso convocado por el régimen continuista, que en este momento mantiene a casi un millar de presos políticos, cincuenta y cinco de ellos menores de edad. Todo lo cual no puede ser interpretado más que como una legitimación de la situación de violación de derechos humanos en que vivimos, y de respaldo, al menos indirecto, a la presente dictadura del señor Miguel Díaz-Canel.

Por demás, el prestarse a participar en ese referéndum, desde una posición conservadora, será una completa pérdida de tiempo. A menos que los conservadores exijan de entrada garantías y derechos básicos en cualquier contienda electoral.

Los conservadores deberían preguntarse en primer lugar: ¿por qué en la compleja situación actual, con una pandemia que todavía no parece haber terminado, el régimen se ha apresurado a realizar este referéndum? Es cierto que según el cronograma legislativo aprobado con la presente Constitución ya hace bastante debía haberse hecho, pero lo cierto es que las razones que provocaron su retraso siguen presentes, y otras se han agravado, como la falta de los recursos que el estado deberá movilizar para realizarlo. Entonces, ¿por qué ese apresuramiento evidente en un país en que no hay combustible para el trasporte público, ni jeringuillas en los hospitales, o leche para los niños?

Las respuestas son varias: la primera, desviar la atención de la población hacia un tema que en buena medida les es inocuo al régimen. Entretenernos a todos los inconformes, enfrentándonos en dos partidos a los que puede mirar desde lejos en relativa seguridad. Hacernos olvidar, a fin de cuentas, que el dilema esencial de los cubanos, al presente, es la existencia de ese régimen, que nos impide el ejercicio de nuestros derechos y libertades fundamentales.

Porque lo de definir cuál es la verdadera, o correcta familia, es un problema secundario al de que hoy no tenemos derechos, ni libertades reales para definir nada en el país en que nacimos. Los líderes conservadores y religiosos deben recordar, por ejemplo, que en un final viven en un país en que tanto sus Iglesias, como sus templos, o sus personas, se encuentran a merced de la discrecionalidad de cualquier funcionario del estado o del partido.  

La otra razón por la cual el régimen ha optado por hacer este referéndum, ahora, en medio de la compleja situación, resultará más convincente en nuestro empeño por hacer comprender a los mencionados líderes conservadores la conveniencia de no participar, o en todo caso de exigir garantías y libertades elementales para esa participación.

El continuismo canelo ha visto durante el último medio año retroceder su prestigio entre las izquierdas occidentales, y sobre todo ha quedado demasiado mal parado frente al liberalismo progresista en los Estados Unidos. Algo muy preocupante, porque en parte el éxito de la política exterior del régimen cubano se ha sustentado siempre sobre ese prestigio, y sus aspiraciones a retornar a una relación más próxima con el vecino del norte, que le permita explotar a los turistas americanos, o a sus propios emigrados en aquel país, pasan por quitarse de encima el sambenito de autoritario y represivo que le ha caído tras el 11 de julio.

Por otra parte el régimen, que ha debido aproximarse hasta casi convertirse en un estado cliente del paleo-conservadurismo moscovita, necesita de alguna manera resaltar ante el liberalismo americano y las izquierdas occidentales su carácter progresista. Porque a fin de cuentas ni en Moscú, ni en el muy comercial Pekín, parecen muy interesados en convertirse en aquello que siempre ha sido la aspiración del castrismo -y ahora del continuismo canelo- encontrar: un estado mecenas que sufrague el modelo totalmente improductivo cubano, a la manera de la URSS entre 1960 y 1989.

El continuismo canelo necesita por lo tanto actualizarse en cuanto a logros progresistas. Lo cual conlleva algo que los conservadores no pueden perder de vista: el régimen necesita que se imponga el SÍ, y cuenta con una legislación y organización electoral completamente controlada que le permiten hacerlo. Todos sabemos que si el día antes del referéndum se baja la orientación, desde el Palacio de la Revolución, de que el nuevo Código deba ser aprobado por, digamos el 70% de los votantes, dos días después Granma informará de que un 80% de nuestro pueblo aprobó la propuesta.

Por tanto, quienes ahora llaman a votar NO, si éticamente no tienen problemas con el participar en un momento en que corresponde la resistencia cívica, la no asistencia o no participación, deberían al menos exigir lo más elemental: derecho a presentar su posición en los medios, y en general en público, en reuniones libres convocadas al efecto; garantías como la de tener representantes en las mesas electorales, o de participar como observadores en el conteo de boletas electorales.

Sin nada de ello, lo que hacen los tales líderes conservadores con su actitud es legitimar al sistema electoral del régimen. Con su participación en lo que no será más que una falsa, legitimaran también la imposición del Código de Familia en base a una supuesta victoria del SÍ en las urnas, gane o no realmente. Y por demás está decir que legitiman al régimen, y a la grave situación de derechos humanos que vivimos en Cuba. Algo que algunos no dejaremos de denunciar… si ocurriese, finalmente.

Pastores del 11J: Cómo líderes protestantes se convirtieron en blancos de la represión en Cuba

Aunque los choques entre el Estado y las iglesias se han multiplicado en los últimos años, no habían escalado hasta el punto de tantos pastores encarcelados por días, semanas o meses. Hasta que llegó el 11J.

por YOE SUÁREZ, publicado originalmente en Cubanet

El 11 de julio de 2021, Carlos Macías vivió las grandes manifestaciones antisistema ocurridas en Cuba entre dos disyuntivas. La primera, relacionada con su vocación: “ser pastor de una denominación histórica como la Metodista, bajo el estigma de que los cristianos no participan en política, y a la vez querer ejercer como ciudadano mis derechos civiles y libertades”, dijo en una entrevista.

La otra disyuntiva gravitó “entre la necesidad de expresarse y hacer uso de la libertad de pensamiento” y “el temor a las consecuencias que eso podría traer al ámbito personal”. En otro tiempo, como hicieron siempre tantos cubanos, el pastor quizá hubiese optado por autocensurarse, por quedarse en casa. Pero aquel 11 de julio de 2021, conocido como 11J, algo pareció moverse.

Por las maltratadas calles de Jovellanos, provincia de Matanzas, una multitud coreaba libertad. Lo mismo sucedía en más de 60 localidades de todo el país. Carlos y su hijo mayor salieron de la casa pastoral para sumarse. Él entiende que, como líder religioso, no tiene por misión convocar a una protesta. Al creyente, por supuesto, le reconoce “el derecho a participar en una manifestación reclamando justicia”.

El 11J salieron a la calle miles de personas de todo tipo con reclamaciones diversas. Ha sido, hasta el momento, la mayor exhibición del poder de la sociedad civil en un país totalitario, en el que el Estado socialista trata de controlar todo lo posible a sus ciudadanos.

Es imposible saber quiénes eran exactamente las personas que se manifestaron, pero una parte de ellos forma parte de la creciente comunidad de cristianos evangélicos o protestantes, quienes, según una encuesta de 2015, representan alrededor del 7 por ciento de la población.

La tensión entre algunos de los líderes de esta comunidad y el Estado había aumentado durante los últimos tres años. Desde 2018, las principales iglesias protestantes reclamaban más independencia de las organizaciones estatales que tratan de controlarlas o que no les reconocen estatus legal. También habían rechazado de manera enérgica mandatos estatales como, por ejemplo, el llamado “Programa de Educación Integral en Sexualidad con enfoque de género y derechos sexuales y reproductivos en el Sistema Nacional de Educación”, el matrimonio homosexual y exigido el derecho a vivir y educar a sus hijos de acuerdo a sus principios y creencias religiosas.

Aunque los choques con el Estado y los actos de castigo o intimidación a estas iglesias se habían multiplicado desde entonces, no habían escalado hasta el punto de tantos pastores encarcelados por días, semanas o meses. Hasta que llegó el 11J.

Ese día, Carlos Macías y otros líderes protestantes que nunca habían salido a las calles a protestar, lo hicieron. Se unieron a miles de otros ciudadanos, que tampoco antes se habían manifestado. Y esta vez, los líderes religiosos no se manifestaron solo por los motivos anteriores, se sumaron como parte de una población que pedía alimentos, medicinas, y, sobre todo, que gritaba: libertad.

Desde entonces se ha desatado una persecución contra algunos pastores que dura hasta hoy y que ha contribuido a que cada vez más religiosos o iglesias cuestionen la represión policial o se pronuncien contra el régimen. 

Los protestantes fueron, de hecho, el colectivo religioso con más líderes reprimidos a consecuencia del 11-J, de acuerdo con un recuento del grupo Justicia 11-J, que realiza el inventario de las detenciones y procesos judiciales que están sufriendo quienes se manifestaron aquel día.

Posteriormente, a finales de agosto, otro líder de la comunidad, que había sido abiertamente crítico con el régimen y compartió en redes sociales imágenes de las protestas del 11-J, también fue capturado y procesado.

En todos estos casos, los pastores no fueron detenidos como parte de grupos más grandes. O bien las autoridades los estaban esperando en sus casas o iglesias, o bien fueron capturados entre la multitud.

Aunque todos ellos salieron a título individual, sin incitar a sus fieles a manifestarse, recibieron el mismo tratamiento que otros líderes de la sociedad civil u opositores más abiertamente políticos: detenciones y procesos penales.

“El gobierno considera a los grupos religiosos como el sector de la sociedad civil independiente más grande y teme su potencial para movilizar grupos numerosos de personas. La participación de creyentes y algunos líderes religiosos en las protestas del 11-J alimentó la paranoia gubernamental”, afirmó en una entrevista para este reportaje una vocera de Christian Solidarity Worldwide (CSW), organización internacional que promueve la libertad religiosa.

“El gobierno quiere casos ejemplarizantes, que muestren a otros líderes religiosos cuáles serán las consecuencias si no siguen las reglas”, aseguró la fuente, que pidió no ser identificada por el trabajo que realiza CSW en Cuba.

Además de las seis detenciones mencionadas, hubo casos como el de Carlos Macías. Él recuerda cómo aquel día “cada cual decía lo que quería decir: básicamente la desesperanza y el desacuerdo con lo que está pasando. Mucha gente, casi mil 500 personas de diferentes edades, comenzaron a caminar de manera pacífica por las calles de Jovellanos», narró en un vídeo en redes sociales.

Según su testimonio, en la protesta “no hubo violencia por parte de los manifestantes”. Sin embargo, eso no evitó que “un grupo de simpatizantes del gobierno cubano y oficiales de civil” entraran a la concentración para intentar detenerlo a él y a su hijo. “Nos insultaron, blasfemaron y llamaron perros. Trataban de desestabilizarnos mentalmente, buscaban contienda”, dijo el pastor.

En medio de la multitud, Carlos recuerda que alguien gritó “¡se quieren llevar al pastor!”. Entonces “parte del pueblo intervino y frustró la detención. Ahí entendimos que debíamos salir del caos que emergía en el lugar y regresar con mi esposa y mi hijo menor”.

Tras regresar, la casa pastoral fue vigilada por efectivos del Ministerio del Interior (Minint). A Carlos le advirtieron que, de salir, sería encarcelado. Estaba en reclusión domiciliaria sin cargos.

Carlos ya se había pronunciado antes contra desafueros del Estado mediante enseñanzas y posts en redes sociales. Cuando el artista del Movimiento San Isidro Luis Manuel Otero Alcántara se declaró en huelga de hambre en abril de 2021, expresó su solidaridad con él en redes sociales. 

De ahí que el 11J fuera natural para él salir a la calle. En un vídeo en su perfil de Facebook aclaró: “hoy tuve el honor de participar en una manifestación espontánea. Quiero decir que aquí a nadie se le pagó un quilo por participar”.

“Díaz-Canel, un presidente que no elegí, en el marco de estas manifestaciones hizo un llamado al derramamiento de sangre, al enfrentamiento –denunció-, y sobre él recaerá la responsabilidad por cada gota de sangre de cubanos que” por pensar diferente “sean heridos o mueran en el intento”.

“Ha llegado el momento de alzar la voz, es peligroso porque vivimos en una dictadura. Pero creo que no podemos aguantar más”, espetó. “En Cuba vivimos cubanos dignos que no estamos dispuestos a seguir guardando silencio para complacer a una familia”. Los Castro.

Su motivación, según él mismo, no obedeció a “cuestiones políticas o ideológicas”, sino a “principios bíblicos, teológicos y doctrinales relacionados con la libertad y la verdad”.

Preso en su casa, Carlos vivió las horas como dentro de una gran gota de ámbar. El calor y la incertidumbre de qué ocurriría con él y los suyos ralentizaban el tiempo.

Mientras, Ricardo Pereira, Obispo de la Iglesia Metodista, contactó en persona con las autoridades para cabildear por su liberación. Tras dos días de reclusión, el pastor fue citado a la estación policial de Jovellanos. Varios oficiales, de civil y uniformados, le amenazaron con represalias de volver a manifestarse públicamente, y levantaron la prisión domiciliaria.

Algunos días después, la junta directiva de la Iglesia Metodista publicó en sus redes sociales un comunicado con un lenguaje inusualmente directo y crítico con el gobierno. En él aseguraron rechazar “la forma represiva usada contra la población que se manifestaba”. 

“Cuba debe ser un país libre y soberano, donde todos sus hijos sean respetados, tanto los que comulgan con la Revolución, como aquellos que no simpatizan con el sistema sociopolítico”, reclamaron.

Otras grandes iglesias emitieron comunicados similares. La pentescostal Asambleas de Dios interpeló directamente Díaz Canel, atribuyéndole la responsabilidad de la violencia ocurrida en el 11-J. “Un gobierno que proclama la inclusión de todos los ciudadanos ha de tener la sabiduría de propiciar el diálogo y no la confrontación. Creemos que consignas carentes de paz y cordura no resolverán la situación en la que el país se encuentra, si no que destina a la nación a un total caos y destrucción”, afirmó el texto.

Adelys y Claudia

El silencio es el ruido mayor en Cuba, pero Adelys Rodríguez lo rompió cuando su esposo, el pastor Yéremi Blanco, fue detenido durante las protestas del 11-J en Ciudad de Matanzas. Lo supo a las 7 de la noche del propio domingo. Claudia Salazar, esposa de otro pastor, Yarian Sierra, la contactó para decirle que él también estaba preso.

Adelys dejó a sus tres niños junto al de Claudia, y salieron a buscar a sus esposos por las estaciones policiales de la ciudad. Nadie les dio información. “Nos trataron como si fuéramos perros, que no teníamos derecho a nada”, me contó después de su primera maratón por estaciones policiales.

Al otro día supieron en la delegación provincial del Minint que sus esposos estaban en una sección especialmente preparada para los cientos de detenidos del 11J, en la Prisión de Mujeres de la urbe. A la entrada del centro penitenciario esperaron, por horas, una respuesta. Adelys recuerda, en llanto, que altos oficiales dijeron que sus esposos “iban a estar allí de siete a 14 días”.

Yéremi y Yarian son pastores de la denominación cristiana Misión Bereana, presente en Cuba desde los años 1940, pero ilegalizada después que el castrismo confiscara sus propiedades en 1960. Hoy sus miembros se congregan en casas propias o rentadas.

Aunque desde la década de 1990 el Estado cubano dejó de autocalificarse como oficialmente ateo -como hizo durante décadas- y desde entonces tolera la práctica de la religión, aún trata de controlar y limitar al máximo el funcionamiento de las organizaciones confesionales.

La actual ley de asociaciones, que ampara el funcionamiento de las iglesias, descarta el reconocimiento de grupos cuyo “fin” sea similar al de otro ya inscrito. Esto le permite al Estado negar la inscripción de iglesias con doctrinas similares a las de otras ya reconocidas. Solo escapan de esta regla las 55 denominaciones protestantes legales, en su mayoría establecidas antes de 1959.

De estas iglesias históricas han surgido algunos pastores, como el bautista Raúl Suarez, que apoyan al régimen. También hay otros líderes que han mantenido distancia política, no cooperan, tratando de interactuar lo menos posible con el Estado, pero sin confrontarlo abiertamente.

Por otra parte, existen grupos de fe que el régimen se niega a reconocer, como la red de más de 50 iglesias Movimiento Apostólico, con miles de miembros, o la Misión Bereana, a la que pertenecen Yéremi y Yarian. 

Con frecuencia, son estas iglesias no reconocidas las que han vivido mayores violaciones a sus derechos: demoliciones de templos, arrestos de líderes o coacción a la membresía, como expuso en un reporte de 2020 la ONG CSW.

Quizá por ello, y sin tener qué perder, los pastores de estas congregaciones han sido más frontales que el de las asociaciones inscritas. Líderes como el apóstol Yoel Demetrio, de Las Tunas, se refieren al Estado como dictatorial o denuncian abiertamente los abusos contra la sociedad civil, por ejemplo.

Sin embargo, esta división entre iglesias reconocidas y no inscritas comenzó a cerrarse en 2018, cuando hicieron saber su posición institucional y la de sus feligreses durante la redacción final de la nueva Carta Magna.

45 denominaciones exigieron respeto a derechos individuales básicos, como la libertad de conciencia, de prensa o la propiedad privada, entre otros. Aunque el rechazo general al artículo 68 de la constitución comunista (que cambiaba la visión del matrimonio como unión exclusiva entre un hombre y una mujer) catalizó la alianza de las iglesias protestantes en una campaña sin precedentes en la sociedad civil cubana, ese fue solo uno de los 16 artículos sobre los que hubo reclamos u oposición en la nueva Constitución.

Líderes protestantes aseguraron que votarían en contra de la Carta Magna, oponiéndose a la campaña que emprendió el régimen a favor del Sí.

Además, varias organizaciones religiosas, entre ellas la Iglesia Metodista a la que pertenece Carlos Macías, el pastor de Jovellanos, organizaron una campaña cívica nacional que incluyó recogidas de firmas e incluso la convocatoria de una Marcha por la familia que el Estado prohibió.

Las autoridades reaccionaron al desafío que le habían planteado las organizaciones religiosas. A partir de entonces, varios líderes protestantes, incluidos los de iglesias reconocidas, comenzaron a sufrir más citaciones, amenazas o prohibiciones para salir del país.

La tensión aumentó en 2019, cuando las más grandes denominaciones opuestas a la Constitución formaron una organización al margen del Estado: la Alianza de Iglesias Evangélicas. Esto constituyó un cuestionamiento directo al Consejo de Iglesias de Cuba (CIC), organización afín al régimen. Los creadores de la Alianza, de hecho, declararon abiertamente no sentirse representados por el CIC y aún no han logrado que la organización sea legalizada.

En la entrevista concedida para este reportaje, la vocera de CSW aseguró que la creación de la Alianza “fue una muestra de unidad nunca vista entre las iglesias protestantes desde 1959”.

Desde entonces, el CIC iría perdiendo miembros, lo que puso en evidencia el deterioro cada vez mayor de las relaciones entre iglesias y Estado. En la actualidad, menos de la mitad de las 55 asociaciones protestantes legales del país integran la organización

Poco antes del 11J, la Iglesia Cristiana Pentecostal y la Reformada cancelaron su membresía en el CIC. Este acto de protesta ocurrió por la implantación de un «Programa de Educación Integral en Sexualidad con enfoque de género y derechos sexuales y reproductivos” en el centralizado sistema de enseñanza estatal, que generó un nuevo choque con el régimen y rechazo entre la mayoría de iglesias protestantes.

En aquel momento Yéremi se pronunció por el derecho preferente de los padres a escoger el tipo de educación para sus hijos. En un post de mayo de 2021, dijo no gustarle la política, pero lamentó que “el gobierno controla estrictamente la educación” y “no hay escuelas privadas ni se permite la educación en casa”. 

Denunció al “sistema comunista, que se ha llenado la boca de decir que en Cuba no se violan los derechos humanos” e ironizó: “en boca de los que se alimentan como parásitos de un sistema que le propina ganancias en menor o mayor medida, somos el país perfecto”.

Para él y para Yarian, ambos integrantes de una iglesia ilegalizada, la oposición más abierta al gobierno venía desde al menos 2019. Ese año Yarian compartió en redes sociales una denuncia por la expropiación de un templo de una Iglesia Nazarena.

Ese mismo año, poco antes, Yéremi participó de una protesta en el aeropuerto de Holguín, después de que la estatal Cubana de Aviación cancelara un vuelo y los clientes denunciaran maltrato por parte de los funcionarios. 

Por todo esto, como le sucedió a Carlos, para Yéremi y Yarian resultó natural salir a manifestarse por la calles de Matanzas cuando vieron en redes sociales que miles de personas lo estaban haciendo el 11 de julio. Según explicó Claudia, la esposa de Yarian, ambos protestaron “porque aborrecían el comunismo”.

Ellos, a diferencia de Carlos, no pudieron escapar al encarcelamiento. Cuando sus esposas pudieron localizarlos exigieron a las autoridades que se les permitiera realizar una llamada. La respuesta fue que en la cárcel no había teléfono. Al día siguiente dijeron que no hubo llamada porque los pastores se negaron a dar sus números. “Nuestros esposos no nos tendrían angustiadas, sin saber de su paradero”, me dijo Adelys.

Están “prácticamente secuestrados”, posteó Claudia en Facebook, y criticó a las autoridades: “hasta los protocolos de sanidad violaron porque solo permitieron entregarles tres nasobucos y llevan más días detenidos”. Para entregar medicamentos a Yéremi, que estaba recuperándose de covid-19, “tuvimos que buscar hasta prescripción médica, porque no lo autorizaban”. 

A Claudia le informaron que Yéremi y Yarian serían procesados por escándalo público, pero “ellos ni agredieron a nadie, ni destruyeron nada”, replicó.

Mientras, su detención causó indignación en integrantes de la comunidad protestante como el pastor de Holguín, Jatniel Pérez Feira, quien criticó en sus redes sociales las detenciones arbitrarias de manifestantes. Poco después de pronunciarse, Pérez Feira aseguró haber recibido llamadas anónimas para intimidarlo.

Lorenzo

“Creo que usted conoce al pastor Lorenzo [Rosales], preso ahora en Boniato (una prisión en Santiago de Cuba). Solo quería pedir perdón porque yo fui uno de los guardias que orinó sobre su cabeza la madrugada del 14 de julio cuando lo trasladábamos para Versalles (una unidad policial de la misma provincia). No teníamos agua y pensábamos que lo habíamos ‘matao’ de la golpiza que le dimos en el camino”.

Ese fue el primer mensaje que llegó, en octubre pasado, al Messenger de Mario Félix Lleonart, un pastor bautista cubano exiliado en Washington, Estados Unidos, y director del Instituto Patmos, que monitorea la libertad religiosa.

De nuevo vibró el móvil de Lleonart. El desconocido confesaba que no quería abusar de Lorenzo, pero si no participaba, dijo, “el muerto lo hubiera puesto yo”. Otro zumbido: “acá están puestos pa’ matar al pastor para que no cuente todo lo que se le ha hecho”. La comunicación finalizaba de manera escalofriante: “Cualquier día de estos, otro preso lo mata o él aparece ‘suicidao’”. 

Lleonart tiene una larga trayectoria como religioso crítico del régimen. Recientemente fue de los promotores de la creación de la Asociación de Iglesias Cubanas no Registradas (AICNOR), una nueva organización protestante surgida tras el 11J e instituida al margen del Estado.

En su primer comunicado AICNOR fue contundente: reconoció al “pueblo su legítimo derecho a la manifestación pacífica” y describió al régimen como “un Estado totalitario que contrapone y fomenta la violencia».

AICNOR es, quizá hasta el momento, la formación protestante más beligerante que ha surgido en el país. Aunque algunos de sus miembros, como Lleonart, están fuera de la isla, varias iglesias cubanas, como la Misión Bereana, a la que pertenecen Yéremi y Yarian, o el Movimiento Apostólico, se han integrado a la organización. 

Después de años de tensiones entre estructuras religiosas y el régimen, el surgimiento de AICNOR evidencia que tras el 11J se ha abierto un etapa de hostilidad mayor.

En una entrevista para este reportaje, Lleonart aseguró que la organización “ya se venía gestando, pero “cristalizó y se vio obligada a salir a la palestra pública forzada por las circunstancias”. “Si no hubiese sido por el 11J el proceso que se transitaba hasta el anuncio público habría tomado más tiempo. Pero el #11J sirvió como catalizador”, dijo.

Una de las primeras actividades de AICNOR ha sido, precisamente, luchar por la liberación del pastor Lorenzo, el hombre preso en Boniato al que se aludía en los mensajes que recibió Lleonart.

Lorenzo Rosales Fajardo es un pastor de la Iglesia Monte de Sion, en Palma Soriano, Santiago de Cuba, que permanece preso hasta el momento de esta publicación por haber participado en las manifestaciones del 11J junto con cientos de otros vecinos. 

Rosales es una de las al menos 708 personas que seguían privadas de libertad por participar en las protestas, según el recuento más actual del grupo Justicia 11J.

Lorenzo se había enfrentado con frecuencia a las autoridades. De hecho, fue Superintendente de la registrada Iglesia Biblia Abierta, de la que lo expulsaron por presiones de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista, según información proporcionada por el Instituto Patmos.

Después, fundó su templo actual en el Oriente del país, aunque sin lograr su registro. Lleonart cree que lo que le sucedió a Lorenzo revela un patrón de cómo el Partido Comunista presiona a asociaciones establecidas para purgar a líderes incómodos, empujándolos a la ilegalidad. «Desde hace 10 años Lorenzo está en una situación de vulnerabilidad, y por eso ahora pueden ensañarse con él», subrayó.

Existen fotografías de su detención el 11J. Una de ellas deja ver a dos uniformados inmovilizándolo. Uno, de la Policía Nacional Revolucionaria, parece llevar las manos del pastor a la espalda, quizá para esposarlo. Otro, de la Brigada Especial, más joven y con una boina negra, traba el cuello de Lorenzo en la uve que forma la flexión del brazo y el antebrazo.

Maridilegnis Carballo, su esposa, vio esa imagen pixelada tras los cuatro días de apagón de Internet que impuso el régimen después de las protestas. Ni Lorenzo ni el hijo de ambos, David, habían vuelto a casa. El adolescente, de 17 años, estuvo desaparecido casi una semana antes de ser liberado. Al padre no lo verían por unos cien días.

David contó que ambos estuvieron en un “cubículo totalmente cerrado por barrotes” y una puerta con candado. Entraba el frío del sereno y el duro sol del verano, que acentuaba el hedor del baño. “Estuvimos varios días sin agua, nos daban poca para tomar”, hizo público al salir bajo una fianza en efectivo. Los mosquitos y jejenes hacían más cruel el encierro.

Ahora la preocupación mayor estaba en Lorenzo. No había tomado sus pastillas para la presión y a su esposa le negaban información de su estado, así como la posibilidad de visitarlo en la unidad policial conocida como Versalles, en la ciudad de Santiago de Cuba.

A finales de julio el instructor del caso informó a Maridilegnis que su esposo no recibiría visitas o llamadas. Solo en esa fecha pudo dejarle algo de aseo y medicamento para controlar la presión.

Los seis meses de reclusión han pasado con apenas dos visitas, una el 16 y otra el 28 de octubre, a la que también pudo ir David. “No te puedo decir que está bien, está flaco –me contó el muchacho-, sabes cómo es la vida en la prisión y las atrocidades que hacen”.

Al salir del primero de esos encuentros, Maridilegnis comentó que su abogado la había llamado para informarle la petición fiscal: “diez años por los delitos de instigación para delinquir, desacato y atentado”.

En el mes de diciembre, se celebró al fin el juicio contra Lorenzo. Según le informó el abogado a su esposa, se espera que las autoridades dicten sentencia alrededor del próximo 16 de enero.

Marilidegnis relató que en el juicio los testigos presentados fueron «en su mayoría» policías.

«Se contó una historia que no fue la que verdaderamente vimos y vivimos ese día [11J]», señaló la mujer en un audio al que accedí. «Se le atribuye a los detenidos toda la violencia, intenciones de vandalizar, privar de la vida». «Los testigos de la Fiscalía dijeron que sintieron miedo y terror, porque el pueblo iba con palos, piedras y botellas, pero eso no es verdad», aclaró.

«Mi esposo es inocente, su actuar en aquel día no tiene nada que ver con los delitos de los que se les acusa».

Yéremi y Yarian.

En la cárcel, el pastorYarian Sierra se dijo “no puedo flaquear”. Sus compañeros de celda en el Combinado del Sur, escribió, necesitaban un mensaje de esperanza, uno “que trasciende aún las barras de una prisión y rompe las cadenas y grilletes no solo del cuerpo, sino más bien del alma”. 

Despojados de derechos e incomunicados, Yarian vio en aquello que padecía, un propósito. “Casi cada noche aparecía algún tema curioso de La Biblia por el que alguno se interesaba y ahí comenzaba el debate”, contó el joven.

Durante sus días de detención les negaron, tanto a él como a Yéremi, tener Biblias. Aun así, uno tras de otro llegaban versículos a la mente de Yarian, amén de su mala memoria. Tampoco olvidaba la emoción del 11J.

Amén de lo que pudiera sufrir su carne, el estado de su esposa, Claudia, y su hijo de siete años, de capacidades especiales, fue la mayor preocupación de Yarian cada día de encierro. Él no lo sabía, pero Claudia y el niño habían sido desalojados de la casa donde vivían. Ahora el local de reunión de la iglesia también sería su techo.

Cuando pensaba en ellos, no creyó que los vería, no “al menos en largo tiempo”. Pero en el día 14 de su encierro, casi al anochecer, los militares le informaron que esperaría juicio bajo reclusión domiciliaria. Yarian confiesa que soportó aquellos días porque mientras su cuerpo estaba preso, su alma y su mente, libres, constantemente volvían a algún texto bíblico o himno antiguo.

“Cada centímetro de aquellas cuatro paredes me recordaban a Cristo, a cada pequeño detalle le encontraba su paralelo con la vida espiritual”, relató. Sobre cada uno de los cinco barrotes del portón solía imaginar, grabados, los cinco pilares de la Reforma Protestante: sola Escritura, sola Fe, sola Gracia, solo Cristo, solo a Dios la Gloria. Y el día 14 de su encierro, casi al anochecer, los militares le informaron que esperaría juicio bajo reclusión domiciliaria.

Se abría el portón con barrotes, pero su “corazón estaba extrañamente confuso”. De un lado, recordó que iba gozoso, por otro estaba “triste por aquellos que dejaba atrás en aquella celda”.

Yarian caminó solo varios metros hasta la salida de la prisión. Meditaba en lo vivido, hasta advertir en la distancia a un pastor amigo y a Yéremi. También él salió bajo el mismo cambio de medida.

Los días siguientes, sobre todo mientras oraba por los alimentos, volvían a la mente de Yarian los rostros de los infortunados, los que nadie conocía más que él y sus familias. “Se me salían las lágrimas”.

Cuando él y Yéremi llegaron al local donde se reúne la congregación, había un grupo de amigos. “Sentimos en el abrazo de ellos el abrazo de Cristo mismo y de todos los que querían haber estado allí y que por otras razones no pudieron”, dijo Yarian. 

Al salir del Combinado del Sur, Yarian supo del desalojo de su esposa e hijo y lloró. Ni siquiera le afectó tanto cuando él y Yéremi conocieron la acusación de la Fiscalía: “desorden público”.

50 kilómetros al sur, en Jovellanos, Carlos visitaba a familiares de encarcelados por el 11J. Sus pesquisas contribuyeron al mapeo nacional de la represión. Esos trajines también los considera labor pastoral. Ha ofrecido consejería y acompañamiento a los seres queridos de Félix Navarro y Sissi Abascal, conocidos activistas por la democracia, y a otros detenidos en las protestas.

Pero no todo ha sido fácil. La familia de un adolescente preso le pidió no visitarlos más, al tiempo que devolvía una ofrenda que Carlos había dado de su bolsillo. Luego supo que la policía advirtió a aquellas mujeres que la situación del menor podría agravarse si seguían recibiendo al pastor.

A finales de octubre Yéremi y Yarian viajaron a un pueblo próximo a Jovellanos. De regreso, tomaron un desvío y llegaron a casa de Carlos Macias. No se habían visto antes, conocieron sus casos vía Facebook. 

Yéremi posteó una foto en la que él, Yarian, otro pastor y Carlos sonríen, de pie, a la cámara de algún celular. “Hay ocasiones en que no salimos en busca de amigos –escribió-, pero Dios en su misericordia nos los concede”.

Carlos reconoció que con aquellos hombres compartía “un deseo profundo por defender la Justicia, la Verdad, la Libertad, y la Vida”. Con mayúsculas y consecuencias.

Hablaron sobre Lorenzo Rosales, el pastor santiaguero preso entonces. Ninguno de ellos lo conocía, pero se sintieron hermanados no más conocer su calvario.

El 22 de octubre Yarian recibió una llamada telefónica, mientras compartía en su casa junto a amigos. La persona tras el número desconocido los citaba a él y a Yéremi “a la sede de la Policía de la Playa”.

Yarian dijo que no y colgó. “Minutos después se presentó en la casa un oficial”, quien reiteró que debían ir la mañana siguiente ante las autoridades, pero los pastores demandaron un documento legal. El oficial espetó que debían acompañarlo ipso facto. En la estación los amenazaron para no salir el 15 de noviembre, día en el que miles de cubanos fueron convocados a marchar por cambios, como había sucedido el 11J.

El 1 de septiembre volvieron a citarlos para firmar una multa administrativa. Ese fue el cierre de los cargos pendientes del 11J. Pagaron en desacuerdo, “para no tener que llegar con el caso a juicio”.

Para Yarian y Yéremi, aún tras pagar la multa, no acababa el acoso. “Al día siguiente, un oficial de la policía nos sorprendió en horas del mediodía al citarnos para las dos de la tarde”, dijo. Una vez en la estación les informó que serían “controlados por un período, al menos, de seis meses”.

“Seguimos bajo vigilancia -lamentó Yarian-, bajo acoso, bajo seguimiento por ser, según ellos, personas de interés policial”.

#Cuba #SOSCuba ¡Libertad para el pastor Lorenzo Rosales Fajardo! #FreeLorenzo #LibertadparaLorenzo

Cronología relacionada a la prisión en Cuba del pastor Lorenzo Rosales Fajardo:

11 de julio de 2011: Quedó cesante para ¨Las Iglesias de la Biblia Abierta¨, denominación para la cual había servido durante años, no solo como pastor, sino incluso como Superintendente de la misma en todo el territorio oriental. El Instituto Patmos ha tenido acceso a documentos que incluyen carta del Superintendente de esa denominación, el pastor David Moreno Alfonso, Jr. fechada el 1 de diciembre de 2010 en la cual se le dirigía en su condición de Superintendente del Distrito Oriental y se le felicitaba por su excelente trabajo. Y de otra carta, de apenas 7 meses después, fechada precisamente el 11 de julio de 2011 en la cual el mismo remitente de la anterior, en la cual ya no se le escribe identificándole como Superintendente del Distrito Oriental y se le anuncia la expulsión de la denominación reconociendo presiones gubernamentales. Esta segunda carta coincidía con la confiscación gubernamental de propiedad que había sido adquirida para ampliar la iglesia en la que servía Lorenzo como pastor. Por lo cual recibió represión a la vez tanto de autoridades gubernamentales como de autoridades religiosas. El pastor Lorenzo Rosales continuó fiel a su llamado pastoral y pasó a servir como pastor de la Iglesia Independiente ¨Monte de Sión¨, sin registro legal, quedando a total intemperie legal y vulnerabilidad ante la represión gubernamental.   

Carta del Superintendente de Las Iglesias de la Biblia Abierta, el pastor David Moreno Alfonso, Jr. fechada el 1 de diciembre de 2010 en la cual se dirigía al pastor Lorenzo Rosales en su condición de Superintendente del Distrito Oriental y se le felicitaba por su excelente trabajo.
#!!J de 2011. Carta que anuncia al pastor Lorenzo Rosales la expulsión de la denominación reconociendo presiones gubernamentales.

11 de julio de 2021: Exactamente 10 años después del abandono por parte de su denominación, el pastor Lorenzo fue apresado por participar apoyando a su comunidad en la protesta pacífica pidiendo libertad. Fue conducido al edificio de lo que antes había sido una escuela, convertida en cuartel, junto a su hijo David Lorenzo, de 17 años y quien le había acompañado en la protesta. 

14 de julio de 2021, 3am: fue separado de su hijo y del resto de los detenidos de la protesta, y conducido a la Prisión de Versalles.   Fue llevado esposado en un auto por 5 militares, sin saber adónde le conducían. En medio del trayecto, en un lugar apartado, el auto se detuvo y Lorenzo fue sacado y sometido a una paliza descomunal, (ya el día 11 de julio le habían propinado otra).  Quedó inconsciente, sin poder precisar por cuánto tiempo, hasta que se despertó porque le estaban echando lo que él pensó era agua, hasta que fue consciente de que tres de los guardias le orinaban encima. Fue devuelto al auto que prosiguió su camino a la prisión de Versalles, donde permaneció todo el periodo que estuvo desaparecido sin conocerse donde se encontraba hasta pasada una semana.

30 de julio de 2021: La Sala Segunda de lo Penal de Palma Soriano, perteneciente al Tribunal Provincial Popular de Santiago de Cuba responde a la solicitud de Habeas Corpus solicitada por Maridilegnis Carballo para su esposo Lorenzo Rosales mediante un Auto firmado por el Presidente de dicha sala, Nerelvis Luna Labrada, y los jueces Dayanis Soria Arias, Ana Ibis Vázquez Masso, Onidia Reyes Salgado y Ricardo Montejo Cambara.

8 de agosto de 2021: Luego de varios días sin conocerse del pastor Lorenzo se supo que le habían trasladado de la prisión de Versalles a la de Boniato, mezclándole con presos comunes peligrosos. El pastor Lorenzo se mantiene hasta la actualidad en esa prisión y su vida corre peligro ya que podría ser agredido mortalmente por cualquiera de los prisioneros que le rodean, entre los cuales sin embargo se mantiene firme y compartiendo con ellos el Evangelio.   

30 de septiembre de 2021: Entre los gestos mundiales en favor del pastor Lorenzo Rosales sobresale el de este día por parte de la organización Solidaridad Cristiana Mundial (CSW, por sus siglas en inglés) al entregar a la Embajada de Cuba en Londres una carta de 2000 firmas recolectadas por dicha organización pidiendo la libertad inmediata para el pastor Lorenzo. 

16 de octubre de 2021: su esposa Maridilegnis Carballo Castellano pudo realizar la primera visita a Lorenzo en prisión.

22 de octubre de 2021: el abogado nombrado para Lorenzo notificó a Maridilegnis, esposa del pastor Lorenzo, la petición Fiscal de 10 años de prisión, por los delitos de instigación para delinquir, desacato y atentado, delitos que no constaban en la fase de instrucción penal.

Ernesto Borges Pérez: Premio Patmos 2021

Cada 31 de octubre, coincidiendo con el Día de la Reforma Protestante, el Instituto Patmos entrega su premio anual a un creyente cubano consecuente con su fe en Cuba. Este año 2021, en su octava edición, el Premio se concede a Ernesto Borges Pérez. Ernesto es un prisionero del castro comunismo. Fue condenado a 30 años de prisión de los cuales íntegramente ha cumplido 23. Su crimen fue atentar contra el sistema comunista imperante en la isla desde su posición de oficial de la contrainteligencia militar. O sea, es un prisionero político, que se ha mantenido en prisión estos 23 años porque ha permanecido fiel a sus ideas, y no ha cedido ni ante amenazas ni pactos con sus carceleros. Lo más importante que le ha ocurrido tras las rejas ha sido su conversión a Jesucristo en 2005. Desde entonces la fe ha jugado un papel fundamental en su vida, fortaleciéndole en sus ideales, y haciéndole sentir un hombre libre, aunque se encuentre en prisión.

Por tanto, Ernesto cumple el requisito fundamental para recibir el Premio Patmos: ser consecuente con su fe. Por otro lado, el 2021 ha sido uno de los años más difíciles para elegir a uno entre muchos otros candidatos posibles, especialmente luego del 11 de julio cuando cientos de hombres y mujeres fueron a parar como Ernesto a las prisiones precisamente por demostrar ser consecuentes con sus ideas. Tanto del ámbito católico como protestante, sacerdotes, pastores o laicos, estuvieron en las calles entre el pueblo del que forman parte y con el que se identifican, pidiendo libertad. Por citar ejemplos, al sacerdote Castor Álvarez le golpearon la cabeza con un bate, el laico católico Ángel Mesa permanece en prisión desde el 11 de julio, el pastor Lorenzo Rosales Fajardo también permanece en prisión y ha trascendido que ha sido víctima de severas golpizas en una de las cuales (14 de julio) quedó inconsciente y para revivirle los cinco verdugos que le golpeaban orinaron sobre su cabeza… cualquiera de los centenares de héroes del 11J merece sin dudas nuestro galardón, en medio de tanta gente digna comprendimos que Ernesto se destacaba por la cantidad de años que ha sufrido el calvario que ahora tantos hermanos y hermanas sufren, de modo que en Ernesto se encuentra el simbolismo de premiar a través de él a todos los presos que sufren por motivos de conciencia.

Pero también, por supuesto, se premia la dignidad individual del propio Ernesto, y se le señala en un momento en que la multitud de presos de conciencia hace difícil enfocarse en uno de ellos y por tanto pese a sus 23 años en prisión, Ernesto tiende a perder visibilidad. Si este Premio al menos consigue arrojar un poco de luz sobre las tinieblas de su celda el Instituto Patmos se da más que satisfecho. En los años de prisión él ha vivido momentos de esperanza de ser liberado, por ejemplo, en ocasión de las visitas papales, especialmente siendo tan ferviente creyente católico desde su conversión en 2005. También en el momento del denominado ¨deshielo¨, cuando tuvieron lugar las negociaciones de la Administración Obama, y en las que por cierto el Papa Francisco jugó un rol muy relevante, muchos, incluyendo al propio Ernesto, sintieron que su libertad era inminente, pero entonces se sufrió la decepción de que varios espías fueron canjeados por solo una persona acusada de espionaje en Cuba, Rolando Sarraf Trujillo, porque el contratista Alan Gross fue liberado por cuestión humanitaria. Ernesto ha vivido en esperanza contra esperanza (Romanos 4:18a); pero este Premio se propone ayudarle en su esperanza.

Patmos, el nombre del Premio, que es a la vez el de este Instituto en las ¨catacumbas¨ de Cuba, es el nombre de la isla en la que Juan en el siglo I cumplía prisión condenado por el emperador Domiciano por ser consecuente con su Fe (Apocalipsis 1:9). La prisión de Juan derivó en las visiones de esperanza descritas en el Apocalipsis, porque más allá de las tribulaciones que describe, como parte de la confrontación universal entre el bien y el mal, es un libro con un final feliz. Es el mismo deseo para Ernesto preso en el siglo XXI bajo los Castro. Y al igual que en Patmos Juan recibió visiones de esperanza, en su prisión Ernesto las ha tenido para Cuba; y su libertad, y la de Cuba, se encuentran ambas muy cerca.

Instituto Patmos, 31 de octubre de 2021

#Cuba #SOSCuba La ¨#reichskirche¨ cubana de la complicidad o del silencio

Cuando se intente escribir la historia de las más de seis décadas del castrismo uno de los capítulos más tristes será el del reconocimiento de que, así como el Nacional Socialismo del Reich tuvo su iglesia: la de los ¨cristianos alemanes¨, la ¨reichskirche¨ o ¨iglesia del Reich¨, así mismo el castrocomunismo o castrocanelismo ha tenido la suya. Que como mismo el canciller Adolf Hitler pudo contar con ¨pastores¨ como Ludwig Müller, capellán militar en Kőnigsberg como consejero investido de poderes plenos para todo lo relacionado a la Iglesia Evangélica; el PCC se ha válido como su ¨brazo religioso¨ tanto de líderes del CIC como del miedo o del silencio cómplice y pragmático de otros líderes o creyentes de cualesquiera otras confesiones religiosas miembros o no del CIC.

Publica la Comisión de Libertad Religiosa Internacional @USCIRF Informe sobre relación entre recientes protestas en #Cuba y libertades religiosas

USCIRF Releases New Report about Protests in Cuba and Religious Freedom. By Kirsten Lavery, Supervisory Policy Analyst for Latin America, South Asia, and East Asia:  

Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Motivados por la Religión o las Creencias

Hoy celebramos el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Motivados por la Religión o las Creencias. El día de conmemoración se adoptó por consenso el 13 de mayo de 2019 en la ONU con el fin de condenar la violencia continua y los actos de terrorismo contra personas, incluidas las personas pertenecientes a minorías religiosas, sobre la base de la religión o las creencias o en su nombre.

En esta jornada, con nuestro corazón con todos quienes sufren por estos motivos en cuealquier parte del mundo, pero muy especialmente en reafirmamos nuestro apoyo inquebrantable a las víctimas de la violencia motivada por la religión y las creencias. Y demostramos ese apoyo haciendo todo lo posible para prevenir esos ataques y exigir que los responsables rindan cuentas de sus actos.

Nos unimos a las Naciones Unidas en su Estrategia y Plan de Acción sobre el Discurso de Odio. La mejor manera de superar la amenaza de violencia motivada por la religión o las creencias es uniendo nuestras voces para el bien, contrarrestando los mensajes de odio con mensajes de paz, aceptando la diversidad y protegiendo los derechos humanos. El mundo debe movilizarse para erradicar el antisemitismo, el odio antimusulmán, la persecución de los cristianos y otros grupos religiosos, y todas las formas de racismo, xenofobia, discriminación e incitación a la violencia. Como miembros de la familia humana, debemos fomentar el entendimiento mutuo. Todos tenemos la responsabilidad de cuidarnos los unos a los otros, de respetar las diferencias y de promover la coexistencia pacífica.

#SOSCuba SALVEMOS AL PUEBLO DE #CUBA

El Instituto Patmos, que aúna redes interreligiosas dentro de Cuba, repudia las palabras del dictador Miguel Díaz Canel Bermúdez quien irresponsablemente han dado luz verde a la violencia militar contra el pueblo desarmado. El desgobierno de Díaz Canel no solo ha generado la actual situación, inestable e insostenible dentro de Cuba sino que ahora pretende generar un baño de sangre. Ya que oramos y trabajamos por la paz y la felicidad de Cuba hacemos un llamado a la comunidad internacional para que no deje solo al pueblo cubano y le ayuden a sacar del poder a un narcoestado que ha demostrado con creces ser también un factor de desestabilización para toda la región. Una intervención internacional se hace impostergable.

Rev. Mario Félix Lleonart Barroso

Coord. Gral del Instituto Patmos