Nadie tiene mayor amor que este, que
uno ponga su vida por sus amigos (Juan 15:13).
El viernes 20 de septiembre el activista religioso,
y periodista independiente, Guillermo del Sol Pérez, cumplió 40 días en Huelga
de Hambre en demanda de que ningún cubano volviese a ser impedido de viajar por
razones de discriminación política de parte del régimen cubano. Con su salud
totalmente deteriorada, ese mismo día Guillermo fue llevado al Hospital
Provincial “Arnaldo Milián Castro” para recibir atención médica.
En medio de todo esto el Instituto Patmos intentaba
convencerlo de que 40 días en su Huelga de Hambre eran más que suficientes para
su protesta por razones tales como:
– 40 días recuerdan el tiempo que durό aquel otro Ayuno
que nuestro Señor Jesucristo realizó al inicio de su ministerio público cuando
fue llevado al desierto y fue tentado por el diablo.
– En 40 días de protesta, del Sol consiguió atraer
la atención de muchos en el mundo respecto a la injusticia de no permitirse
viajar libremente a los cubanos por razones de discriminación política,
incluyendo incluso la atención de las más altas instancias del gobierno
norteamericano, que, en la voz de su representante en Cuba, la Sra. Mara Tekach,
ha expresado además la preocupación que se siente por su vida.
– Precisamente ese día 40 era el cumpleaños de
Roberto de Jesús Quiñones Haces, Premio Patmos 2019, declarado prisionero de
conciencia por Amnistía Internacional, un caso emblemático en la lista de “regulados”
por quienes reclama Guillermo, quien fue llevado injustamente preso el pasado
11 de septiembre, y quien, como cristiano, quedaría muy agradecido ante el
gesto de Guillermo de poner fin a su Protesta.
– Que, si luego de toda la atención sobre Cuba que Guillermo
ha conseguido con sus ininterrumpidos 40 días de protesta, persiste y muere, su
muerte será en sí misma la mayor venganza que el régimen consiga y celebre.
Vale la pena seguir viviendo para continuar adelante con su lucha pacífica para
que los cubanos consigamos por fin una Cuba libre.
Pero, cuando el Instituto Patmos realizaba el máximo
posible de esfuerzos para que Guillermo atendiese a estas razones, el régimen,
demostrando que en realidad lo que quiere es que se muera, interrumpió un elemento
fundamental: la comunicación. No solo expulsó con violencia y saña a Guillermo y
a su hijo Adrián del Hospital, sino, que les arrebató sus teléfonos, y ejerciendo
una acción sobre el huelguista que espera conseguir de él como reacción natural
lo contrario de lo que se procuraba, y que estábamos a punto de conseguir. Y en
lo cual a pesar de todo insistimos, para que Guillermo no conceda a Raúl Castro
su propósito evidente de verlo morir.
Hacemos un llamado de ALERTA a toda la comunidad
internacional sobre los tratos crueles y degradantes ejercidos en contra de un
huelguista de hambre, echándose por tierra toda mínima ética y de
procedimientos ante tales casos, negándosele la atención médica, por un lado,
al expulsarlo con violencia del Hospital, y cometiéndose adicionalmente por el otro,
el delito de lesa humanidad, de cortarle la comunicación.
También, y aunque respetando, y respaldándole sea
cual fuere su decisión, reiteramos nuestro llamado a Guillermo, de no
concederle a Raúl Castro, el deseo expreso de que se muera. El Instituto Patmos no alienta las Huelgas de Hambre.
Preferiríamos que la vida de Guillermo del Sol no se hubiese expuesto ni un
solo día. ¡Queremos celebrar con él en una Cuba Libre que se encuentra ya a las
puertas!