Aunque el Instituto Patmos se encuentra entre los firmantes junto a otras organizaciones cubanas e internacionales de una reacción inmediata ante la elección de Cuba para su quinto mandato en el Consejo de Derechos Humanos de la Naciones Unidas el martes 13 de octubre, también sentimos la necesidad de presentar nuestra propia reacción, y lo hacemos con el apoyo de organizaciones religiosas, todas de dentro de Cuba, que por las evidentes y constantes violaciones a las libertades religiosas que tienen lugar en la Isla consideramos una flagrante hipocresía incluir a un sistema violador, no solo de las libertades religiosas, sino de todos los derechos humanos fundamentales, entre quienes ocupan una silla en un Consejo que debería hacer valer tales derechos.
La elección sin embargo no sorprende tanto si se considera que:
– esta es la quinta ocasión en que, tras la fundación del organismo en 2006, el país ha ocupado uno de los ocho puestos.
– dicho Consejo de Derechos Humanos también se encuentra ocupado por otros regímenes totalitarios, lo cual obedece a una confabulación internacional que pretende convertir en un clan que distorsione lo que deberían ser sus funciones legítimas, lo cual queda demostrado por el propio comportamiento de quienes hasta el momento representaron a Cuba ante el Consejo durante sus cuatro períodos anteriores en los que sólo en 66 ocasiones votaron a favor de 205 resoluciones aprobadas en respuesta a graves violaciones de derechos humanos en todo el mundo.
– este teatro explica aún más el anuncio que la entonces embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, diera a conocer el 19 de junio de 2018 del digno retiro de su nación del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, acusando al organismo de parcialidad contra Israel y de no responsabilizar a quienes cometen abusos contra los derechos humanos.
Como promotores de libertades religiosas añadimos a todas las numerosas razones expuestas a las que nos sumamos en estos días respecto a esta inconcebible elección que, el régimen cubano, además de no extender por ejemplo una invitación de visitar el país al Relator Especial de la ONU sobre la Situación de los Defensores de Derechos Humanos, tampoco ha permitido la entrada del Relator de Libertades Religiosas de la ONU, Sr. Ahmed Shaheed, pese a la reiterada disposición de este.
No obstante, y como representantes de la Fe de miles de cubanos, las organizaciones que nos unimos en esta declaración dejamos abierta la puerta a la esperanza considerando la real e inminente posibilidad de un cambio de sistema en Cuba lo cual nos hace pensar que esta silla otorgada a una dictadura será ocupada muy pronto, antes de que concluyan estos tres años de representación, por un gobierno legítimo que responda verdaderamente a los intereses del pueblo cubano.
Nuestra declaración, firmada originalmente por organizaciones todas sin registro legal, como muestra evidente del contexto de ilegalidad y caos que predomina en la nación cubana, deja abierta la posibilidad de que otras, incluyendo a las que poseen registro legal, aun sabiendo que esto podría traer sanciones en su contra de parte de la represora Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba que coacciona, condiciona y troca sus derechos en “favores”, o espera que estas realicen sus propias declaraciones, pero que bajo ninguna circunstancia pasen a la historia como quienes permanecieron en silencio ante desmanes como estos.
Suscriben, con el INSTITUTO PATMOS,
IGLESIA MISIONERA EN CUBA
MINISTERIO REHOBOT
MINISTERIO MUJER A MUJER
RED APOSTOLICA “MI VIÑA”
ASOCIACION CUBANA PARA LA DIVULGACION DEL ISLAM
COMUNIDAD JUDIA SEFARDITA BNEI ANUSIM
RED APOSTOLICA “FUEGO Y DINAMICA” RED APOSTOLICA “VIENTO RECIO”
Yilber Durán Domínguez, pastor en Nuevitas, Camagüey,
constituye uno de entre una veintena de líderes religiosos arbitrariamente impedidos
de viajar fuera de Cuba. Solidaridad Cristiana Mundial recién público un esbozo
de las violaciones a las libertades religiosas por las que este pastor camagüeyano
atraviesa:
Recientemente el periodista Yosmany Mayeta Labrada publicó
en el diario Cubanet un artículo en relación los “religiosos regulados” partiendo
del caso del Presidente de la Convención Bautista Oriental de Cuba, Josué Rodríguez
Legrá:
Tambien el Dr. Teo Babun, Presidente y CEO de
ECHOCUBA/Outreach Aid to the Americas, Inc. (OAA), organización que responde a
las necesidades de las personas vulnerables, promueve el espíritu empresarial,
las habilidades organizativas, educación, libertades religiosas y servicios
sociales en Cuba y en la Región de las Américas, publicó al respecto un artículo
de opinión en El Nuevo Herald: https://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article237389339.html
Y hasta el The Wall Street Journal llegaron los ecos de estas injusticias cuando Kristina Arriaga, vicejefa de la Comisión de USA para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas en inglés) publicó un importante llamado de atención sobre la suerte que podría correr la USCIRF que ha resultado tan útil en la búsqueda de las libertades religiosas y de creencias en el mundo de aprobarse un Proyecto de Ley presentado en el senado que intenta, según Arriaga explica, burocratizar más la USCIRF, lo cual debilitaría la Comisión. Pero en esa alarma Arriaga tomando como ejemplo el caso cubano, y dando a conocer la petición de USCIRF de que le nieguen el visado a Caridad del Rosario Diego Bella, en justicia por las notorias violaciones a las libertades religiosas de las que es responsable como Jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC):
Lo cierto es que pese a todas las denuncias
internacionales y las nacionales que no pueden pasarse por alto, como el
Informe sobre Derechos Humanos publicado mensualmente por el Centro Cubano de
Derechos Humanos, supervisado por Martha Beatriz Roque Cabello, la lista de
ciudadanos cubanos impedidos de viajar fuera de Cuba por motivos de
discriminación política continúa en aumento.
El listado preliminar que el Instituto Patmos publicó
en julio de 2018 estuvo motivado por la “regulación” de activistas del propio
Instituto Patmos, algunos de los cuales, como el caso emblemático de Leonardo Rodríguez
Alonso, todavía continúan “regulados”. Aquel primer listado contenía 52 nombres
y pese a que muchos cuyos nombres que antes estaban luego consiguieron viajar,
este listado (que solo mantiene a los que en el momento de la publicación permanecen
impedidos de viajar), sigue siendo apenas un listado parcial que solo muestra “la
punta de un iceberg” de cubanos secuestrados, ya que a esta lista de nombres de
activistas de la sociedad civil cubana que han sido constatados hay que añadir otra
larga lista desconocida de pueblo integrada por profesionales de diversas
especialidades, médicos, deportistas, militares, exmilitares, etc.
El Instituto Patmos recepciona la información de
cada caso y contribuye en llenado de datos de cada uno a la Base de Datos
(#DiDi) de la organización Civil
Right Defenders @CRDefenders
@CRDLatin con sede en Suecia. Para ellos gradecemos toda información al email
del Instituto Patmos: institutopatmos@gmail.com con el fin de compartir en
cada oportunidad posible con los organismos internacionales.
El activista Moisés Leonardo Rodríguez Valdés, líder
de la Corriente Martiana, también recibe comunicación de cualquier cubano
impedido de viajar, incluidos todos los de este listado, para explicarles y
ofrecerles las indicaciones necesarias a fin de que puedan comunicar
individualmente sus casos a las Naciones Unidas (ONU) y cumplir
satisfactoriamente los criterios de admisibilidad. Es posible contactar con él
a: corrientemartiana2004@gmail.com.
En el listado mantenemos nombres de ciudadanos que ahora se encuentran encarcelados, pero a cuya prisión precedió el impedimento de viajar, tales son los casos del matrimonio de pastores Ramón Rigal y Adya Expósito, encarcelados desde abril de 2018 y a quienes apenas dos días antes se les impidió abordar vuelo a Guyana junto a sus dos hijos, Joel y Ruth. También el caso de Roberto de Jesús Quiñones Haces, a quien primero se había impedido abordar un vuelo, y a quien después, en un allanamiento a su vivienda en julio de 2018, fue ocupado el pasaporte, y todo este ambiente precedió a su prisión iniciada el 11 de septiembre pasado. También se incluye el caso de José Daniel Ferrer, pues se incluye entre el grupo de “los 75” que permanecen en Cuba y sobre quienes pesa la negativa a permitir salir fuera de Cuba, luego de la única vez en que se les permitió salir. José Daniel Ferrer fue secuestrado desde el 1 de octubre, ha sido torturado y continua en prisión junto a otros activistas de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), sin celebrarles juicio, ni fijarles ninguna condena.
Esta nueva actualización se extiende con 212 nombres
hasta el caso de Mario Félix Ramírez Méndez, el “regulado” más reciente, periodista
de “La Hora de Cuba”, en Camagüey, quien el domingo 18 de noviembre, pese a
cumplir con todos los requerimientos, fue arbitrariamente impedido de viajar a
Eslovaquia, sumándose prácticamente a la totalidad del equipo de este medio periodístico
dirigido por Henry Constantin Ferreiro, representante de la Sociedad Interamericana
de Prensa (SIP) en Cuba, también “regulado”:
Desde la época de la caída del campo socialista en Europa del Este, y dada la necesidad de apoyo internacional para continuar en el poder -que constituye su objetivo supremo- el régimen de La Habana intenta engañar al mundo haciendo creer a algunos que ya en Cuba no se violan como antes las libertades religiosas. El cambio constitucional a principios de los noventa, en el que el Estado dejó de declararse ateo y se identificó como laico, y las posteriores visitas papales o de patriarcas de las iglesias ortodoxas griega y rusa, constituyen los principales argumentos que el propio violador arguye para llamar favorablemente la atención sobre sí. Declaraciones descontextualizadas contribuyen a la cortina de humo con la cual el sistema encubre la realidad.
La verdad es que por política de las más altas instancias del gobierno central las libertades religiosas siguen siendo pisoteadas cada día. La Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba es la entidad en la cúspide misma del poder de la que emanan todas las orientaciones respecto a cómo debe procederse respecto a cualquier grupo religioso o individuo que decida ejercer con libertad su fe, sea la que fuere. Resulta inconcebible, cual si no lo fuera ya el hecho del monopolio político del Partido Único, que este, ideológicamente comunista, posea esta oficina dedicada a presionar, manipular y chantajear a los grupos religiosos históricamente establecidos; y dedicada a contener, confrontar o eliminar a los nuevos movimientos religiosos, a no ser que respondan a sus intereses políticos de mantenerse a toda costa en el poder.
Dado que a pesar de los hechos que lo contradicen el sistema cubano afirma ya no ser el violador de libertades religiosas que antes era (cual si el hecho incuestionable de haber sido violador de libertades religiosas en el pasado no le invalidara moralmente para seguir ejerciendo el poder en el presente), formulamos al menos treinta preguntas dirigidas al régimen de La Habana cuyas respuestas continúan acusándole, sin hablar del resto de los derechos cívicos, sociales y políticos también irrespetados. Nuestras preguntas son:
¿Por qué mantiene la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba que intenta, respondiendo a intereses políticos, organizar todo en lo que a materia religiosa se refiere?
¿Por qué la ausencia todavía de una Ley de Culto tan necesaria para una nación profundamente religiosa como lo es Cuba, y a pesar de ser solicitada por diversas agrupaciones religiosas, y de existir propuestas ya elaboradas?
¿Por qué no devuelve la mayoría de las propiedades confiscadas durante los años de la persecución abierta o indemniza en su defecto a los grupos religiosos afectados?
¿Por qué amenaza con confiscar propiedades que son utilizadas para servicios religiosos esgrimiendo que no son iglesias o casas cultos legales si él mismo no tiene la voluntad de legalizarlas?
¿Por qué continúa negando el acceso al Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia a grupos religiosos que lo solicitan y que poseen el mismo derecho que los históricamente reconocidos?
¿Por qué coacciona, amenaza y reprime a los nuevos grupos religiosos aprovechándose del limbo ilegal al que se les condena incluyendo demoliciones de sus templos como sucedió con frecuencia en 2016 incluyendo templos de los movimientos apostólicos «Rey de Gloria» pastoreada por Juan Carlos Núñez, en Las Tunas; «Fuego y Dinámica» pastoreada por Bernardo de Quesada en Camagüey; «Sendas de Justicia» pastoreada por Alain Toledano Valiente en Santiago de Cuba; «Viento Recio», pastoreada por Mario Travieso en Las Tunas; o de «Estableciendo el Reino de Dios», pastoreada por Marcos Antonio Perdomo Silva en Santiago de Cuba…?
¿Por qué se niegan a reconocer legalmente a las nuevas iglesias (o casas culto), presentadas por las asociaciones registradas legalmente, y en los pocos casos que lo hacen, por qué les imponen limitaciones tan estrictas que incluyen días, horarios y cantidad de asistentes?
¿Por qué son tan reticentes a dar permiso para edificar nuevos templos o para hacer reparaciones esenciales a los ya existentes?
¿Por qué oficialmente no se ha pedido perdón por los encarcelados, por los internados en campos de concentración conocidos como las UMAP o incluso asesinados en los paredones solo por sustentar ideologías diferentes?
¿Por qué no ha rendido cuentas olas represivas que tuvieron lugar durante la visita del papa Benedicto XVI en 2012 o del Papa Francisco en 2015 durante las cuales centenares de personas fueron detenidas arbitrariamente o amenazadas?
¿Por qué continúa negando el acceso a los medios de difusión masiva a la totalidad de las agrupaciones religiosas reconocidas y no reconocidas?
¿Por qué mantiene el monopolio de la educación en sus manos sin permitir abrir planteles educativos a los grupos religiosos a pesar de reconocer la necesidad imperiosa que posee el pueblo de Cuba de una educación moral y cívica que reconstruya valores que identificaban a los cubanos en el mundo y que hoy están ausentes, negando incluso modalidades preescolares como la de los kindergártenes?
¿Por qué impone a los hijos de los creyentes una educación que dista de ser laica, impregnada de ateísmo y de doctrinas políticas que favorecen la violencia, como prueba la imposición de símbolos o lemas que los estudiantes están obligados a portar o repetir? ¿Y por qué reprime con encarcelamiento a los padres que prefieren educar a sus hijos en sus propios hogares por no estar de acuerdo con una educación obligatoria extremadamente politizada?
¿Por qué el Ministerio de Educación Superior no reconoce a ninguno de los seminarios bíblicos y teológicos del país, a pesar de estar reconocidos por sus asociaciones, y por qué ni siquiera una de las universidades del país posee una Facultad de Teología?
¿Por qué, asumiendo aires de pontificado a través de la Oficina dedicada para ello en el Comité Central del PCC, se reúne periódicamente con líderes de los grupos religiosos históricamente reconocidos para intentar incentivar, fomentar y alentar en ellos divisiones y odios hacia otros grupos religiosos a los que no concede los mismos derechos que a ellos corresponden?
¿Por qué no devuelve al Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia a grupos religiosos a los que proscribió en 1976, como los notorios casos de los Testigos de Jehová, los bautistas bereanos, y otros que hasta la actualidad continúan condenados a la ilegalidad?
¿Por qué detiene, deporta y hasta encausa a personas que visitan la isla e intentan ser solidarios con grupos religiosos e iglesias, como en el pasado ejemplificó la injusta prisión del ciudadano estadounidense Alan Gross, por apoyar con tecnología a la comunidad judía cubana; aun cuando ya él haya sido liberado, continúa siendo una advertencia para cualquier otro que decida ser solidario con cualquier otra de las comunidades religiosas existentes?
¿Por qué la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos aprueba con tanta dificultad la concesión de visas religiosas, y por qué cuando las aprueba limita tanto el movimiento de los visados exigiéndoles un rígido y vigilado itinerario? ¿Por qué niega reiteradamente este tipo de visas a conocidos líderes evangélicos quienes como en el caso del conocido evangelista latinoamericano Alberto Mottesi la han solicitado durante años y con el apoyo de varias convenciones reconocidas legalmente y unidas en dicha petición?
¿Por qué niega el libre acceso a las Iglesias al grupo femenino pro Derechos Humanos conocido como Damas de Blanco y hace uso para ello de represión violenta que en ocasiones alcanza magnitudes extremas?
¿Por qué amenaza, castiga y hostiga a los líderes religiosos que insisten en abrir las puertas de sus templos a cualquier cubano, sin que importe su afiliación política (incluyendo disidentes)?
¿Por qué pone trabas a muchos proyectos sociales que intentan grupos religiosos llegando a confiscar incluso ayudas destinadas a afectados en catástrofes naturales, especialmente en el caso de situaciones de huracanes?
¿Por qué arbitrariamente sanciona a iglesias históricamente establecidas cuando estas adoptan alguna posición que choque con alguna de sus excluyentes e injustas posiciones políticas negándoles derechos que por ley debían corresponderles?
¿Por qué intenta aislar a determinados líderes religiosos impidiendo por todos los medios el acceso a ellos, como lo evidencia la detención e incluso deportación de extranjeros que intentan visitarlos?
¿Por qué aprovechándose de poseer el monopolio de los bancos financieros utiliza las cuentas bancarias de iglesias como medio de coacción contra ellas, de lo que resulta ilustrativo la inoperante cuenta en divisas de la Iglesia Bautista La Trinidad de la ciudad de Santa Clara a la que tampoco reconoce legalmente su Seminario Teológico Bautista Luis Manuel González Peña?
¿Por qué desde enero de 2014 limita a sólo una cuenta bancaria por Asociación cancelando las que poseían iglesias en particular?
¿Por qué el contenido de actas y acuerdos tomados en el seno de las asociaciones religiosas tiene que ser de su conocimiento y recibir su visto bueno?
¿Por qué se les exige a las logias y sociedades fraternales, cuyas actividades no son abiertas al público, irrespetando su derecho a la confidencialidad, las listas de sus miembros?
¿Por qué, como ellos mismos han reconocido en su programa televisivo “Las razones de Cuba”, tienen bajo estricta vigilancia a los grupos religiosos y fraternales, incluso infiltrando espías entre sus cargos del más alto nivel, como resultó notorio en el más alto líder de la Gran Logia Masónica de Cuba?
¿Por qué si afirma que las extrañas muertes de creyentes como Juan Wilfredo Soto García, Laura Pollán y Oswaldo Payá Sardiñas no constituyen ejecuciones extrajudiciales, como muchos afirman, se niega a permitir investigaciones imparciales que han sido solicitadas y que sólo confirmarían su inocencia?
¿Por qué a algunos presos, sobre todo los presos políticos, se les niega el derecho a recibir atención religiosa, y por qué el gobierno sigue reservando el derecho de aprobar o bloquear a líderes religiosos específicos en el ministerio con los presos, incluso aquellos que han sido aprobados por sus denominaciones para ejercer esa actividad?
Existen muchas más preguntas cuyas respuestas cuestionan la afirmación de que en Cuba el mismo sistema que en el pasado violó las libertades religiosas hoy las respeta. Como admite la Pastoral católica La esperanza no defrauda, dada a conocer por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba en 2013; son necesarios los cambios políticos, y a nuestro modo de ver el cambio político fundamental para que por fin lleguemos a tener auténtica libertad religiosa es que quienes detentan el poder por casi sesenta años y que poseen un amplio, escandaloso y sistemático historial en violaciones a la libertad religiosa cedan su sitio a otros que en democracia posibiliten y respeten tales derechos. Oramos para que eso tenga lugar de manera pacífica pero inmediata porque ha sido ya demasiado tiempo sin libertad. Esperamos que la nueva Cuba que todos esperamos también incluya la libertad religiosa y que ni una sola de estas treinta preguntas u otras tengan que cuestionarla.